Hoy, en el Día Internacional del Autocuidado, queremos recordar la importancia de algo tan sencillo —y tan poderoso— como aprender a cuidarse. El autocuidado no solo se trata de mantener una alimentación equilibrada o hacer ejercicio, sino también de prestar atención a nuestras emociones, saber cuándo pedir ayuda y cultivar relaciones sanas.
En los Centros Fundación Rafa Nadal de Palma, Valencia y Madrid, trabajamos cada día para que niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad aprendan precisamente eso: a cuidarse, física, mental y emocionalmente. Porque sabemos que el bienestar empieza desde dentro, y que acompañarles en este camino es esencial para que puedan crecer con confianza, autoestima y esperanza.
El deporte es una de nuestras principales herramientas. No solo mejora la salud física, sino que también enseña valores como la perseverancia, el respeto, el trabajo en equipo y la superación. Además, es una vía para canalizar emociones, liberar tensiones y crear hábitos saludables que refuerzan el equilibrio personal.
Pero el cuidado va más allá del cuerpo. En nuestros Centros Fundación Rafa Nadal, ofrecemos un acompañamiento psicológico cercano y constante, que permite a los niños y niñas sentirse escuchados, comprendidos y apoyados en los momentos difíciles. Este apoyo es clave para que puedan desarrollar su bienestar emocional y construir una imagen positiva de sí mismos.
Junto a esto, impulsamos programas de educación emocional, que les ayudan a reconocer, expresar y gestionar lo que sienten. A través de dinámicas, juegos y espacios de reflexión, fomentamos habilidades como la empatía, la autorregulación, la autoestima y la resiliencia. Porque entender nuestras emociones es el primer paso para poder cuidarnos de verdad.
Fomentar el autocuidado desde la infancia es invertir en adultos más sanos, fuertes y conscientes.
En la Fundación Rafa Nadal, creemos que todos los niños y niñas merecen las mismas oportunidades para cuidarse y ser cuidados. Por eso, cada historia de mejora, cada logro por pequeño que parezca, es un paso más hacia un futuro más justo.
Hoy más que nunca, celebramos el autocuidado como un acto de amor propio… y también como una responsabilidad compartida.