En la Fundación Rafa Nadal, sabemos que el juego es una poderosa herramienta educativa.
En el Centro Fundación Rafa Nadal de Madrid, hemos organizado una actividad muy especial con los niños, niñas y adolescentes que atendemos. Durante la jornada no solo se movieron, rieron y disfrutaron, sino que también aprendieron valiosas lecciones sobre empatía, la cooperación y el respeto
Es un juego cooperativo en el que el objetivo va mucho más allá de ganar: se trata de entender al otro y aprender a colaborar.
La dinámica del juego fue sencilla, pero profundamente significativa: vendamos los ojos a algunos participantes, quienes debían recorrer la pista guiados únicamente por las indicaciones verbales de sus compañeros y compañeras, para encontrar pelotas y transportarlas de un extremo a otro.
El objetivo no era competir, sino colaborar. Así, los menores tuvieron la oportunidad de ponerse en la piel de una persona con discapacidad visual, experimentando las dificultades que esto puede implicar, y comprendiendo la importancia de la ayuda mutua y la sensibilidad hacia las necesidades del otro.
Este tipo de juegos nos permiten trabajar aspectos fundamentales como la cooperación, el trabajo en equipo, la empatía y, especialmente, el respeto hacia las personas con discapacidad.
Ponerse en el lugar de los demás ayuda a comprender realidades distintas y a construir una mirada más inclusiva y solidaria.
En los Centros Fundación Rafa Nadal de Palma, Valencia y Madrid, apostamos por un enfoque integral del desarrollo de los menores, combinando actividades educativas y deportivas con propuestas que refuercen sus habilidades sociales y emocionales. Porque creemos que educar va más allá de enseñar, y que crecer también significa aprender a convivir, a cuidar y a valorar a los demás.
Seguimos trabajando cada día para ofrecerles espacios donde puedan aprender, jugar, soñar y convertirse en la mejor versión de sí mismos.