En los Centros Fundación Rafa Nadal apostamos por el deporte como una herramienta de transformación. No solo como actividad física, sino como vehículo de valores, inclusión y desarrollo personal. Y en ese camino, los deportes alternativos se han convertido en grandes aliados.
Pero… ¿qué tienen de especial estos deportes?
Deportes para todas las personas, sin importar sus habilidades:
A diferencia de los deportes tradicionales, en los deportes alternativos no importa el nivel físico ni técnico de cada participante. Son juegos diseñados para que todos y todas puedan jugar, sin que nadie quede fuera por su condición, su experiencia o sus habilidades.
Estos deportes fomentan la participación activa del grupo, la cooperación y el respeto, y por eso se han convertido en una herramienta educativa ideal para trabajar la inclusión desde el juego.
Artizkirol: jugar en equipo, siempre


Uno de los deportes alternativos que practicamos en nuestros Centros es el Artizkirol, un juego que mezcla elementos de balonmano, fútbol y rugby. Su principal característica es que todos los jugadores están constantemente implicados: se pasan el balón, se mueven, se apoyan.
En este deporte no hay tiempo para quedarse parado ni lugar para la exclusión. El objetivo no es ganar a toda costa, sino hacer que el equipo funcione como un todo, que cada persona tenga un papel, que todos participen y se diviertan.

Otros deportes alternativos que educan y unen
Además del Artizkirol, en nuestros Centros también utilizamos otros deportes alternativos como:
- Colpbol: un deporte colectivo donde el balón solo se puede golpear con las manos abiertas. Promueve la igualdad y evita el contacto físico brusco. Es rápido, dinámico y obliga a cooperar constantemente.
- Kin-ball: se juega con un enorme balón de más de un metro de diámetro, y tres equipos participan al mismo tiempo. La clave está en coordinarse y colaborar, no solo con tu equipo, sino a veces también con los otros. Es un gran ejemplo de juego inclusivo, cooperativo y divertido.
- Ultimate frisbee: un deporte sin árbitros donde el respeto por las normas y por el adversario es esencial. Fomenta la autogestión, la empatía y el juego limpio.
Más que juego: herramientas para la vida
Los deportes alternativos no solo nos ayudan a movernos y a pasarlo bien, también nos enseñan valores que sirven dentro y fuera del campo: el trabajo en equipo, la escucha, la tolerancia, el respeto y la importancia de que nadie se quede atrás.
Por eso, en la Fundación Rafa Nadal, los promovemos como una parte esencial de nuestro trabajo educativo.
Creemos en un deporte que no excluya, que sume, que abrace la diversidad y que potencie el crecimiento personal de cada niño y niña. Un deporte donde lo importante no es destacar individualmente, sino formar parte de un grupo donde todos cuentan.